jueves, 30 de marzo de 2017

Luz y sombra: Carta de San Pablo a los Efesios



Hermanos, antes ustedes eran tinieblas, 
pero ahora son luz en el Señor. 
Vivan como hijos de la luz
Ahora bien, el fruto de la luz es 
la bondad, la justicia y la verdad. 

Sepan discernir lo que agrada al Señor, 
y no participen de las obras estériles de las tinieblas; 
al contrario, pónganlas en evidencia. 

Es verdad que resulta vergonzoso aun mencionar 
las cosas que esa gente hace ocultamente. 

Pero cuando se las pone de manifiesto, 
aparecen iluminadas por la luz, 
porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. 

Por eso se dice: 
Despiértate, tú que duermes, 
levántate de entre los muertos, 
y Cristo te iluminará. 

Cuiden mucho su conducta 
y no procedan como necios, 
sino como personas sensatas 
que saben aprovechar bien el momento presente
porque estos tiempos son malos. 

No sean irresponsables, 
sino traten de saber cuál es la voluntad del Señor. 

No abusen del vino que lleva al libertinaje; 
más bien, llénense del Espíritu Santo. 

Cuando se reúnan, 
reciten salmos, himnos y cantos espirituales, 
cantando y celebrando al Señor de todo corazón.

miércoles, 8 de marzo de 2017

martes, 28 de febrero de 2017

La armadura de Dios, la lengua y la sabiduría de lo alto

LA ARMADURA DE DIOS

10. Por lo demás, fortalézcanse en el Señor 
con su energía y su fuerza.

11. Lleven con ustedes todas las armas de Dios,
para que puedan resistir las maniobras del diablo.


12. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas,
sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras,
los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.


13. Por eso pónganse la armadura de Dios,
para que en el día malo puedan resistir
y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.


14. Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza;
15. tengan buen calzado, estando listos para propagar 
el Evangelio de la paz.

16. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe,
y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio.


17. Por último, usen el casco de la salvación 
y la espada del Espíritu,
o sea, la Palabra de Dios.


18. Vivan orando y suplicando.
Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu.
Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca,
intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.


19. Rueguen también por mí, para que, al hablar, 
se me den palabras
y no me falte el coraje para dar a conocer 
el misterio del Evangelio


20. cuando tenga que presentar mi defensa, 
pues yo soy embajador encadenado de este Evangelio.

21. Si quieren noticias de mí y de lo que hago,
se las dará Tíquico, nuestro hermano querido y ministro fiel en el Señor.

22. Lo mando precisamente para que les dé noticias nuestras y los conforte a todos.

23. Que la paz, el amor y la fe vengan de Dios Padre y de Cristo Jesús, el Señor, sobre los hermanos.


24. Y que la gracia esté con todos aquellos que aman 
a Cristo Jesús, nuestro Señor, 
con amor auténtico.




LA LENGUA


Santiago 3
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

3  Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.

2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.

3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.

4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.

5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !!cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;

8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.

10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

LA SABIDURÍA DE LO ALTO

13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;

15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

viernes, 6 de enero de 2017

domingo, 25 de diciembre de 2016

¡Feliz Navidad!

Navidad: Luz que rompe nuestras Tinieblas...

«Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres» (Tt 2,11). Las palabras del apóstol Pablo manifiestan el misterio de esta noche santa: ha aparecido la gracia de Dios, su regalo gratuito; en el Niño que se nos ha dado se hace concreto el amor de Dios para con nosotros.

Es una noche de gloria, esa gloria proclamada por los ángeles en Belén y también por nosotros hoy en todo el mundo. 

Es una noche de alegría, porque desde hoy y para siempre Dios, el Eterno, el Infinito, es Dios con nosotros: no está lejos, no debemos buscarlo en las órbitas celestes o en una idea mística; es cercano, se ha hecho hombre y no se cansará jamás de nuestra humanidad, que ha hecho suya.

Es una noche de luz: esa luz que, según la profecía de Isaías (cf. 9,1), iluminará a quien camina en tierras de tiniebla, ha aparecido y ha envuelto a los pastores de Belén (cf. Lc 2,9).

Los pastores descubren sencillamente que «un niño nos ha nacido» (Is 9,5) y comprenden que toda esta gloria, toda esta alegría, toda esta luz se concentra en un único punto, en ese signo que el ángel les ha indicado: «Encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lc 2,12).

Este es el signo de siempre para encontrar a Jesús. No sólo entonces, sino también hoy. 

Si queremos celebrar la verdadera Navidad, contemplemos este signo: la sencillez frágil de un niño recién nacido, la dulzura al verlo recostado, la ternura de los pañales que lo cubren. Allí está Dios.

Con este signo, el Evangelio nos revela una paradoja: habla del emperador, del gobernador, de los grandes de aquel tiempo, pero Dios no se hace presente allí; no aparece en la sala noble de un palacio real, sino en la pobreza de un establo; no en los fastos de la apariencia, sino en la sencillez de la vida; no en el poder, sino en una pequeñez que sorprende.

Y para encontrarlo hay que ir allí, donde él está: es necesario reclinarse, abajarse, hacerse pequeño. 

El Niño que nace nos interpela: nos llama a dejar los engaños de lo efímero para ir a lo esencial, a renunciar a nuestras pretensiones insaciables, a abandonar las insatisfacciones permanentes y la tristeza ante cualquier cosa que siempre nos faltará. 

Nos hará bien dejar estas cosas para encontrar de nuevo en la sencillez del Niño Dios la paz, la alegría, el sentido de la vida.

Dejémonos interpelar por el Niño en el pesebre, pero dejémonos interpelar también por los niños que, hoy, no están recostados en una cuna ni acariciados por el afecto de una madre ni de un padre, sino que yacen en los escuálidos «pesebres donde se devora su dignidad»: en el refugio subterráneo para escapar de los bombardeos, sobre las aceras de una gran ciudad, en el fondo de una barcaza repleta de emigrantes.

Dejémonos interpelar por los niños a los que no se les deja nacer, por los que lloran porque nadie les sacia su hambre, por los que no tienen en sus manos juguetes, sino armas. 

El misterio de la Navidad, que es luz y alegría, interpela y golpea, porque es al mismo tiempo un misterio de esperanza y de tristeza. 

Lleva consigo un sabor de tristeza, porque el amor no ha sido acogido, la vida es descartada. Así sucedió a José y a María, que encontraron las puertas cerradas y pusieron a Jesús en un pesebre, «porque no tenían [para ellos] sitio en la posada» (v. 7): Jesús nace rechazado por algunos y en la indiferencia de la mayoría.

También hoy puede darse la misma indiferencia, cuando Navidad es una fiesta donde los protagonistas somos nosotros en vez de él; cuando las luces del comercio arrinconan en la sombra la luz de Dios; cuando nos afanamos por los regalos y permanecemos insensibles ante quien está marginado.

Pero la Navidad tiene sobre todo un sabor de esperanza porque, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece. Su luz suave no da miedo; Dios, enamorado de nosotros, nos atrae con su ternura, naciendo pobre y frágil en medio de nosotros, como uno más. 

Nace en Belén, que significa «casa del pan». Parece que nos quiere decir que nace como pan para nosotros; viene a la vida para darnos su vida; viene a nuestro mundo para traernos su amor. No viene a devorar y a mandar, sino a nutrir y servir.

De este modo hay una línea directa que une el pesebre y la cruz, donde Jesús será pan partido: es la línea directa del amor que se da y nos salva, que da luz a nuestra vida, paz a nuestros corazones.

Lo entendieron, en esa noche, los pastores, que estaban entre los marginados de entonces. Pero ninguno está marginado a los ojos de Dios y fueron justamente ellos los invitados a la Navidad. Quien estaba seguro de sí mismo, autosuficiente se quedó en casa entre sus cosas; los pastores en cambio «fueron corriendo de prisa» (cf. Lc 2,16).

También nosotros dejémonos interpelar y convocar en esta noche por Jesús, vayamos a él con confianza, desde aquello en lo que nos sentimos marginados, desde nuestros límites. Dejémonos tocar por la ternura que salva. Acerquémonos a Dios que se hace cercano, detengámonos a mirar el belén, imaginemos el nacimiento de Jesús: la luz y la paz, la pobreza absoluta y el rechazo.

Entremos en la verdadera Navidad con los pastores, llevemos a Jesús lo que somos, nuestras marginaciones, nuestras heridas no curadas. 

Así, en Jesús, saborearemos el verdadero espíritu de Navidad: la belleza de ser amados por Dios. 

Con María y José quedémonos ante el pesebre, ante Jesús que nace como pan para mi vida. 

Contemplando su amor humilde e infinito, digámosle gracias: gracias, porque has hecho todo esto por mí.

Papa Francisco
Mensaje de Navidad 2016

Pesebre al aire libre en el Santuario de Monserrate en Bogotá
Fotografía: Patricia Romero Sánchez. Diciembre. 2016.


Navidad es la CULTURA DEL AMOR.
Navidad es VIDA.
Navidad es DAR y al SERVIR.
Navidad es GRATITUD.
Navidad es LUZ, COLOR y ALEGRÍA

sábado, 17 de diciembre de 2016

Conversatorio 25 años de la Conciliación Extrajudicial en Derecho en Colombia

CONVERSATORIO 25 AÑOS DE LA CONCILIACIÓN
Extrajudicial en Derecho
Centro de Conciliación CREARC
Educación Continuada
17 de diciembre de 2016
SÍNTESIS
 ASPECTOS  JURÍDICOS Y PSICOSOCIALES DE LA
 CONCILIACIÓN
UN ACERCAMIENTO A LA NEGOCIACIÓN
Conversatorio 25 Años de La... by on Scribd

lunes, 14 de noviembre de 2016

Que significa el saludo: ¡Paz y Bien!

San Francisco y santa Clara de Asís saludaban a la gente de su época con la expresión "Pace e Bene!" o "¡Paz y Bien!". 

Esta pequeña frase expresa mucho: 
que disfrutes de buena salud, 
que estés tranquilo y feliz, 
que no pases necesidades, 
que se respete tu dignidad, 
que tu bondad interior florezca, 
que el mundo en que vivimos conozca esta paz profunda. 
Era una bendición, una esperanza y una manera de reconocer la santidad de aquéllos con quienes se encontraban.

El buen samaritano o saber ayudar...


La Ley de Ayuda explicada por Diana Cadena Muñoz en Ángeles y Mándalas

1. Ayudar a quien nos PIDE AYUDA.

2. Querer AYUDAR desde el fondo de nuestro corazón.

3. Mostrarle el camino a la persona, pero no solucionar por ella su problema; hay que ofrecer herramientas para que construya su propia solución, de lo contrario terminaríamos cargando con sus dificultades.

4. Respetar la decisión de la persona de poner en práctica o no nuestro consejo

La ayuda del buen samaritano se traduce en:

·       Curar
 ·       Transportar
 ·       Albergar  

Delega el cuidado del otro, el samaritano no se queda con el moribundo toda la vida, no genera dependencias, codependencias, ni lazos insanos.

Existen ayudas insanas: te ayudo para que me ames, en lugar de te ayudo porque te amo y eres libre de seguir tu camino, tu misión y tu don. El buen samaritano ayuda, suelta y deja ir.

El samaritano comparte la tarea de prestar ayuda con otras personas, promueve la solidaridad. 

La acción solidaria alcanza su finalidad cuando logramos hacer realidad un “auténtico servicio”

El samaritano ve, se conmueve y actúa.

El prójimo es cualquier persona necesitada que encontremos en el camino de la vida.

El arte del acompañamiento: prudencia, comprensión, esperar, docilidad al Espíritu.

El arte de escuchar y comunicarnos con el otro: es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiritual.

El Papa Francisco nos enseña que la cultura del encuentro, la justicia y el respeto recíproco, es lo único que puede asegurar el bienestar espiritual y material de los ciudadanos.

¿Cuál es el prójimo preguntó Jesús? El que tuvo piedad.

El buen samaritano actúa con humanidad.

El buen samaritano ayuda a la persona que es molida a palos, que está herida y medio muerta.

El buen samaritano es próximo: mira, se conmueve y actúa con misericordia.

El buen samaritano no deja a medias su acto solidario, él sirve de manera auténtica.

La solidaridad además de ser individual también es colectiva y social.

La proximidad es importante, ser prójimo de cualquier persona en el camino de la vida.

El buen samaritano llega hasta el final, no basta con esforzarnos,
debemos garantizar que nuestra colaboración sea efectiva.

El buen samaritano no tiene aversión hacia sus hermanos.

El buen samaritano apoya siempre para bien, nunca para hacer el mal.

El buen samaritano ama con misericordia y ternura infinitas.

jueves, 6 de octubre de 2016

Taller Mándala Gaia Natura

 «El arte es armonía. 
La armonía es la analogía de los contrarios, 
y de similares elementos del tono, del color, y de la línea, 
considerados a través su dominancia 
y bajo la influencia de la luz 
en combinaciones alegres, serenas o tristes» 
George – Pierre Seurat

La Naturaleza es armonía divina,
sinfonía maravillosa que invita a la creación entera
a que acompañe su evolución y progreso.
En todo el recorrido de tu vida,
sé instrumento adecuado que capte 
las vibraciones de paz y equilibrio de la naturaleza,
y tu salud encontrará los ajustes necesarios 
para su propio desarrollo.
Vive en el respeto de las leyes naturales, 
y con el espíritu orientado a Dios.
C. Torres Pastorino
Minuto de Sabiduría

Eres Maestro de lo que haz vivido.
Artesano de lo que estás viviendo y
Aprendiz de lo que vivirás.
Richard Bach

La fuente infinita de la creatividad se hizo presente y nos regaló
el día de hoy un bellísimo Mándala sobre la Madre Tierra y la Naturaleza

Avanzando por este maravilloso proceso creativo, de meditación y relajación

Poco a poco se iba revelando el mensaje de este hermoso Mándala

Avanzando y terminando el Mándala Gaia Natura

Mandala Gaia Natura
elaborado por Paola, Carlota y Patricia

El tema ecológico, cultural  y espiritual se hizo presente 
en este tierno y femenino Mándala:
los cuatro elementos: tierra, agua, viento y fuego,
el cielo, el mar y el atardecer, flores, arco iris ondulado, 
elefantita hindú con flores y corazones evocando la festividad del Happy Holi, 
mariposa amarilla en homenaje a Gabo y sus Cien años de Soledad, 
flor de estilo mudéjar, dulce fragmentado de chocolate, rosa y curuba 
y un girasol gigante multicolor
El Mándala Gaia Natura es rico en simbología:
Arco iris: grandeza  y gloria:
diversidad, inclusión, esperanza y anhelo,
símbolo del movimiento pacifista
Elefante: nos recuerda el cuidado por nuestro planeta
y los animales.
Corazones: amor
Mariposa: Transformación
Flores: admiración
Mar: infinito e inconsciente
Cielo: Trascendencia y reinos celestiales
Girasol: fe inquebrantable, buena suerte, riqueza y felicidad
Mándala: círculo, unidad, absoluto, perfección y protección
El Mándala Gaia Natura transmite:
Libertad, fluidez, creatividad, conexión,  belleza, alegría,
Vida, Creación y Naturaleza

martes, 4 de octubre de 2016

Taller Mándala: Mujer, arte y paz

En memoria de un ser de luz, talentoso, mágico, 
amoroso, humilde y agradecido: 
Alberto Aguilera Valadez

Mantén el equilibrio.
El equilibrio depende de la serenidad de la mente.
Jamás te aburras ni te exaltes.
No les des importancia a las cosas pasajeras que vienen de fuera.
No te impresiones por lo que dicen los demás.
Sigue la orientación que te marca la conciencia, sin perder el equilibrio.
Camina hacia adelante, alegre y seguro de que vas a triunfar,
por grandes que sean las dificultades del camino.
C. Torres Pastorino
Minuto de Sabiduría

El alma se limpia con el perdón,
se hidrata con la oración,
se nutre con la palabra,
se protege con la fe
y se tonifica con el amor.
Anónimo







Arte y Paz: Taller Mandala Circus

En memoria de mi amado padre
 Carlos Alberto Romero Lozano

Se llama CALMA...
y me costó muchas TORMENTAS obtenerla
Anónimo

Calma las aguas de tu mente,
y el Universo y las estrellas,
se verán reflejadas en tu alma.
Rumi

Soltar viejas creencias
Cambiar la energía
Salir de los límites imaginarios
Experimentar nuevas frecuencias
Usar el corazón
Liberar al niño interior
Creer para crear
Descubrir otros mundos
Elevar el espíritu
Sanar el alma










La emoción de la alegría puede ser alcanzada 
por la dominación de tonalidades luminosas,
por el predominio de colores cálidos,
y por el uso de las líneas dirigidas hacia arriba.
La calma se alcanza a través de un
uso equilibrado de la luz y la oscuridad,
por el balance entre colores fríos y cálidos,
y por líneas horizontales.
La tristeza se alcanza utilizando 

colores oscuros y fríos y líneas que señalan hacia abajo.
Resumen de Wikipedia sobre las teorías
de arte y el color de Seurat