martes, 28 de febrero de 2017

La armadura de Dios, la lengua y la sabiduría de lo alto

LA ARMADURA DE DIOS

10. Por lo demás, fortalézcanse en el Señor 
con su energía y su fuerza.

11. Lleven con ustedes todas las armas de Dios,
para que puedan resistir las maniobras del diablo.


12. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas,
sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras,
los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.


13. Por eso pónganse la armadura de Dios,
para que en el día malo puedan resistir
y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.


14. Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza;
15. tengan buen calzado, estando listos para propagar 
el Evangelio de la paz.

16. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe,
y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio.


17. Por último, usen el casco de la salvación 
y la espada del Espíritu,
o sea, la Palabra de Dios.


18. Vivan orando y suplicando.
Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu.
Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca,
intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.


19. Rueguen también por mí, para que, al hablar, 
se me den palabras
y no me falte el coraje para dar a conocer 
el misterio del Evangelio


20. cuando tenga que presentar mi defensa, 
pues yo soy embajador encadenado de este Evangelio.

21. Si quieren noticias de mí y de lo que hago,
se las dará Tíquico, nuestro hermano querido y ministro fiel en el Señor.

22. Lo mando precisamente para que les dé noticias nuestras y los conforte a todos.

23. Que la paz, el amor y la fe vengan de Dios Padre y de Cristo Jesús, el Señor, sobre los hermanos.


24. Y que la gracia esté con todos aquellos que aman 
a Cristo Jesús, nuestro Señor, 
con amor auténtico.




LA LENGUA


Santiago 3
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

3  Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.

2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.

3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.

4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.

5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !!cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;

8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.

10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

LA SABIDURÍA DE LO ALTO

13 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;

15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.