domingo, 17 de septiembre de 2017

Amar es liberarse del miedo

Pintura de Sonia Koch
Por Dr. Gerald Jampolsky


El principio al que me refiero es el siguiente: no puedo ayudar a otra persona a menos que reconozca que ambos estamos metidos de lleno en la situación, que las diferencias entre nosotros son superficiales e irrelevantes y que lo único importante es lo mucho que ambos tenemos en común.


Cada persona tiene una manera peculiar de exponer la verdad tal como la ve, y esa singularidad es importante, ya que en el curso de nuestras vidas sólo podremos tener influencia sobre ciertas personas, y durante nuestros encuentros con esas personas la honestidad ha de ser el marco de todo cuanto demos o recibamos.

Se nos ha dado todo cuanto podemos necesitar para ser felices ahora mismo.

Entregarnos de lleno al instante presente es estar en paz. 

Eso quiere decir que no nos preocupa de qué manera nos va a proveer el Amor en el futuro. 

Tampoco nos preocupa lo que dijimos o hicimos en el pasado o si alguien que creemos nos trató mal ha de recibir su merecido.

La ansiedad es un estado de inmovilidad que se produce como resultado de fijar nuestra atención en lo que creemos que no puede cambiar: en algo que ya pasó o en algo que todavía no ha ocurrido.

El Amor en sí es inmutable

“Tiene que haber otra forma de ir por la vida sin que lo tengan que arrastrar a uno gritando y pataleando.”

Cómo alcanzar la autorrealización mediante la entrega.

Tal como sugiere Un curso de milagros, podemos optar por tener como nuestro único objetivo la paz mental, y como nuestra única función, perdonar; y podemos alcanzar la autorrealización escuchando la voz de nuestro maestro interno.

Si así lo hacemos, podremos aprender a crear armonía en nuestras relaciones personales, a experimentar paz mental y a liberarnos del miedo.

Amar, pues, es liberarnos del miedo. 

Perdonar es pasar por alto y olvidar hay algunas personas que sencillamente no nos parecen dignas de ser amadas, y debido a nuestra equivocada percepción de su conducta, nos resulta difícil sentir amor por ellas.


Una vez que hemos decidido que gozar de paz mental es nuestra única meta, podemos entonces proceder con el segundo paso —perdonar—, y elegir ver a los demás bien sea extendiendo Amor o bien llenos de miedo, implorando ayuda en forma de Amor.


Con esta nueva percepción nos resulta más fácil ofrecer al prójimo total Amor y Aceptación, y consecuentemente, experimentar al mismo tiempo paz interior.

No es necesario que los demás cambien para que nosotros podamos experimentar paz.

El ego dirige únicamente películas de guerra y de conflictos, aunque las disfraza de tal manera que aparentan ser la culminación de nuestras más caras fantasías románticas sólo dirige películas que proyectan la ilusión de que estamos separados los unos de los otros.

Nuestro verdadero director: EL AMOR, no proyecta ilusiones sino que tan solo extiende la verdad. El AMOR dirige películas que vinculan y unen.

Nuestra mente tiene el poder de tomar cualquier decisión.

Aquella parte de la mente que está regida por el ego actúa como un telón de miedo y culpabilidad que bloquea el Amor.

Podemos aprender a ordenarle a nuestra mente que levante ese telón para revelar la luz del Amor, el cual siempre ha estado ahí presente y constituye nuestra verdadera realidad.


PRINCIPIOS


1. La paz mental es nuestra única meta.

2. El perdón es nuestra única función y el vehículo para poder lograr nuestro objetivo de paz mental.

3. Mediante el perdón podemos aprender a no juzgar a los demás y a considerar que todo el mundo, incluidos nosotros mismos, estamos libres de culpa.

4. Podemos liberarnos del miedo cuando dejamos de juzgar y de proyectar el pasado sobre el futuro, y cuando vivimos sólo en el presente.

5. Podemos aprender a aceptar la dirección que nos ofrece nuestra intuitiva voz interior, que es nuestro guía hacia el conocimiento.

6. Una vez que nuestra voz interior nos indica el curso a seguir, nos provee también de los medios para que podamos lograr todo cuanto sea necesario.

7. Al acatar las directrices de nuestro guía interior, con frecuencia se hace necesario que nos comprometamos a perseguir algún objetivo concreto, incluso cuando los medios para alcanzarlo no sean obvios de inmediato. Esto representa una inversión de la lógica habitual del mundo: como si pusiéramos, por así decirlo, "la carreta delante del caballo".

8. Tenemos el poder de determinar lo que percibimos y lo que sentimos.

9. Al reentrenar nuestra mente podemos aprender a usar la imaginación en forma constructiva. Ello nos permite que en nuestra mente sólo se formen imágenes amorosas y positivas.


Eclesiástico : 27, 33-28, 9

Perdona la ofensa a tu prójimo 
para obtener tú el perdón

Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se aferra a ellas. El Señor se vengará del vengativo y llevará rigurosa cuenta de sus pecados.

Perdona la ofensa a tu prójimo, y así, cuando pidas perdón, se te perdonarán tus pecados. Si un hombre le guarda rencor a otro, ¿le puede acaso pedir la salud al Señor?

El que no tiene compasión de un semejante, ¿cómo pide perdón de sus pecados? Cuando el hombre que guarda rencor pide a Dios el perdón de sus pecados, ¿hallará quien interceda por él?

Piensa en tu fin y deja de odiar, piensa en la corrupción del sepulcro y guarda los mandamientos.

Ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo. Recuerda la alianza del Altísimo y pasa por alto las ofensas. 

Del salmo 102


R/. El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice al Señor, alma mía; que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía y no te olvides de sus beneficios. R/.

El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.

El Señor no nos condena para siempre, ni nos guarda rencor perpetuo. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.

Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama. R/.



Romanos: 14, 7-9

En la vida y en la muerte somos del Señor.

Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor. Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos.

San Mateo: 18, 21-35

No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete.



En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?". 

Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".

Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?'. Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.

Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano". 


jueves, 7 de septiembre de 2017

Sanación y reconciliación palabras del Papa Francisco en la Plaza de Bolívar

Saludar y gratitud: la paz con Uds.  

La cultura del encuentro 

Aprender del otro

Dios es inclusivo: todos somos importantes para Él y nos ama con corazón de Padre

Mantener viva la alegría que es signo del corazón joven y que ha encontrado a Jesús

Atreverse a volar alto y soñar en grande

El corazón joven reconoce el sufrimiento del otro: voluntarios de todo el mundo se conmueven por las necesidades de los más frágiles

El dolor anestesia... el sufrimiento nos debe movilizar

No acostumbrarnos al dolor y al abandono

El mundo está lleno de matices de grises: riesgo de caer en el relativismo

Comprender: detrás de un error (no hay que maquillarlo) hay un sinfín de razones... pongámonos en los zapatos de quienes no logran comprender

La cultura del encuentro... estar juntos... no es pensar y vivir del mismo modo, más allá de nuestras diferencias somos todos parte de algo grande que nos une y nos trasciende, este país, este planeta, este universo

Perdonar: a quienes nos han herido, no enredarnos con historias viejas, de división, de rencor, dejar atrás la ofensa y mirar al futuro sin odios

Sanar nuestro corazón: contagiar la esperanza y dar a los otros y a la vida una segunda oportunidad 

Hay ambientes de desazón e incredulidad que enferman el alma que no encuentran salida a los problemas y boicotean a quienes lo intentan

Utopías saludables: ilusiones y proyectos que oxigenen

Los corazones jóvenes se estimulan ante los desafíos grandes y tienen el potencial necesario para construir la vida, la Iglesia y la Nación que siempre hemos soñado

Jesús mensajero de la Paz, Amor y Esperanza:

Que las dificultades no nos opriman, 

Que la violencia no nos derrumbe,

Que el mal no nos venza,

Creemos que Jesús con su Amor y Misericordia que permanecen para siempre Jesús ha vencido el mal, el pecado y la muerte, salgamos al encuentro de Jesús que es el único que nos sostiene

Invitación al COMPROMISO...

Abrazos... a todos...

Bendición

domingo, 3 de septiembre de 2017

12 pasos para aumentar la autoestima. [Louise L. Hay 1926 - 2017]


He encontrado que hay una sola cosa que cura todos los problemas, y que es la siguiente: amarte a ti mismo. 

Cuando la gente empieza a amarse a sí misma más cada día, es increíble cómo sus vidas mejoran.

Se sienten mejor. Llegan los trabajos que desean. 

Tienen el dinero que necesitan. Sus relaciones, ya sea que mejoran o las negativas se disuelven y comienzan otras nuevas.

Amarse a sí mismo es una aventura maravillosa; es como aprender a volar. 

¿Te imaginas si todos tuviéramos el poder de volar a nuestro antojo? 

¡Qué emocionante sería! 

Comencemos a amarnos a nosotros mismos ahora mismo.

Aquí hay 12 Mandamientos que te ayudarán a aprender a amarte a ti mismo:

1. Deja toda crítica

La crítica nunca cambia nada. Niégate a criticarte a ti mismo. Acéptate tal y como eres. Todo el mundo cambia. Cuando te críticas a ti mismo, tus cambios son negativos. Cuando te apruebas a ti mismo, los cambios son positivos.

2. Perdónate a ti mismo

Aprende a a perdonarte. Deja ir el pasado. Lo hiciste lo mejor que pudiste en ese momento con el entendimiento, la conciencia y el conocimiento que tenías. Ahora estás creciendo y cambiando, y vivirás la vida de otra manera.

3. No te asustes

Deja de aterrorizarte a ti mismo con tus pensamientos. Es una manera terrible de vivir. Encuentra una imagen mental que te de placer, e inmediatamente cambia tu pensamiento de miedo a un pensamiento placer.

4. Sé gentil, amable y paciente contigo mismo

Sé amable contigo mismo. Sé paciente contigo mismo a medida que aprendes las nuevas formas de pensar. Disfruta como lo haría alguien que realmente se ama.

5. Sé bueno con tu mente

El auto-odio sólo genera más pensamientos negativos. No te odies a ti mismo por tener pensamientos negativos. Cambia suavemente tus pensamientos.


6. Alábate a ti mismo

La crítica rompe el espíritu interior. La alabanza construye hacia arriba. Alábate a ti mismo tanto como te sea posible. Díte a ti mismo lo bien que lo estás haciendo con cada pequeña cosa.

7. Apóyate a ti mismo

Encuentra maneras de apoyarte a ti mismo. Permite que tus amigos te puedan ayudar. Sé fuerte para pedir ayuda cuando la necesites y acéptala con gratitud.

8. Ama las cosas negativas

Reconoce que las has creado para satisfacer una necesidad. Ahora estás encontrando formas nuevas y positivas para satisfacer esas necesidades. Así que amorosamente libera los viejos patrones negativos.

9. Cuida tu cuerpo

Aprende acerca de la nutrición. ¿Qué tipo de combustible necesita tu cuerpo para tener energía y vitalidad óptimas? Aprende acerca del ejercicio. ¿Qué tipo de ejercicio es el que disfrutas? Aprecia y reverencia el templo donde vives.

10. Trabaja con el espejo

Mírate a los ojos a menudo en el espejo. Expresa este creciente sentimiento de amor que tienes por ti mismo. Perdónate mientras te miras en el espejo. Habla con tus padres mientras te miras en el espejo. Perdónalos, también. Por lo menos una vez al día, por ejemplo, puedes decirte a ti mismo frente al espejo: "Te quiero, ¡te quiero de verdad!"

11. Ámate a ti mismo... ¡Hazlo ahora!

No esperes hasta que llegue lo bueno que deseas, o cuando pierdas peso, o consigas el nuevo trabajo, o encuentres la nueva relación. Comienza ahora y hazlo lo mejor que puedas.

12. Diviértete

Recuerda las cosas que te llenaban de alegría cuando eras un niño. Incorpóralas a tu vida ahora. Encuentra una manera de divertirte con todo lo que haces. Permítete expresar la alegría de vivir. Sonríe. Ríe. Alégrate, ¡y el universo se alegrará contigo!


Extracto del libro 
“El poder del espejo” 
21 días para cambiar tu vida.
Por Louise Hay