domingo, 17 de diciembre de 2017

La VOZ que grita en el DESIERTO!




San Pablo en la primera carta a los Tesalonicenses:

Hermanos: estén siempre alegres, oren sin cesar, en toda circunstancia den gracias a Dios. (...) No extingan el fuego del Espíritu, y no desprecien el don de profecía. (...)
Quédense con lo bueno...

Alegría: gozo interno, 
limpieza en el corazón, corazón de fiesta, 
hay ánimo, se saluda, la alegría es contagiosa…
La prueba más grande de sabiduría es la continua alegría
La gente buena es siempre gente alegre
El tiempo que corre rápido es el que se vive con alegría
Las grandes alegrías proceden del Cielo 
y son serenas y tranquilas 
y las pequeñas alegrías proceden del hombre y son ruidosas
Valorar y querer lo que se tiene

Decálogo de la Alegría 

(Padre Carlos Yepes)

1. Vivir rectamente: deber cumplido


2. La confianza plena en Dios: serenidad porque Él todo lo puede


3. Oración: corazón orante, serena alegría en el corazón, diálogo con Dios


4. Humildad: persona libre sin ataduras y sin apegos

persona alegre, serena, equilibrado

5. Compartir: con amor y alegría,

 lo contrario a seres solitarios, egoístas 
e incapaces de amar

6. Amar: el amor es alegría, amar desde el corazón,

amar desde el ser interior 

7. Servir: amor en acción, 

somos don para otra persona

8. Perdonar: liberarnos de las cargas negativas

y nos limpiamos del veneno emocional,
vivir ligeros de equipaje y en paz con nosotros mismos y en armonía con los demás

9. Crear: vocación, dones, talentos 

vivirlos y compartirlos

10. Dar: lo bueno, edificando a las personas,

tocar a las personas en forma positiva

• Oración

• Gratitud

• Por el bautizo en Espíritu Santo 
todos somos profetas

Los profetas son perseguidos a muerte, 
son líderes, 
son incómodos porque hablan de frente, 
dicen la verdad en la cara a la gente,
tocan llagas y la verdad duele: 
¡JUAN EL BAUTISTA UN HOMBRE DE TEMPLE, 
SIN MIEDO! 

EL PROFETA: es la voz que grita en el desierto 
la voz que se levanta cuando hay que 
levantar la voz... 
la voz que anuncia y la voz que denuncia...

Fuente: Sermón Padre Ángel María Montaña Alarcón y Padre Carlos Yepes