Hojas de Café. Instituto Distrital de Patrimonio Cultural. Número 6. 2014 /véase página 4
Café Restaurante La Romana “Mi momento sagrado”
Fuente: Hojas de Café No. 6
Fotografía y entrevista: Estefanía Almonacid
Gracias Estefanía por entrevistarme y a la Alcaldía de Bogotá por este bellísimo proyecto
Gracias Estefanía por entrevistarme y a la Alcaldía de Bogotá por este bellísimo proyecto
Esta entrevista la hicieron el día de mi cumpleaños 42
y me hizo sentir muy agradecida con la vida,
por la bendición de mi Padre, de mi Madre, de mi Hermano
y por toda la generosidad y cariño del Padre Celestial conmigo,
le dedico esta entrevista con todo mi corazón a mi Padre
Carlos Alberto Romero Lozano,
y me hizo sentir muy agradecida con la vida,
por la bendición de mi Padre, de mi Madre, de mi Hermano
y por toda la generosidad y cariño del Padre Celestial conmigo,
le dedico esta entrevista con todo mi corazón a mi Padre
Carlos Alberto Romero Lozano,
quien me enseñó a disfrutar del centro histórico de Bogotá
y del mejor café del mundo: el café colombiano.
y del mejor café del mundo: el café colombiano.
Con todo mi amor, cariño y gratitud
Patricia Romero Sánchez
Patricia Romero. Café Restaurante La Romana. Fotografía Estefanía Almonacid. 2014 |
Un jueves lluvioso a mediodía,
precisamente el día de su cumpleaños, la abogada Patricia Romero Sánchez entró como de
costumbre a La Romana a disfrutar su “momento sagrado” y mientras tomaba un té
acompañado con tostadas, accedió a hablar con Hojas de Café.
¿Cómo conoció La
Romana?
La conocí cuando entré a estudiar en la Universidad del Rosario en
1990. Tengo una vinculación muy estrecha con el Centro. De niña viví en La
Candelaria y mi papá trabajaba en el Palacio de San Francisco. Me gusta mucho
el Centro de la ciudad.
¿Cuáles Cafés o pastelerías del Centro recuerda?
Cuando era niña me encantaba la pastelería Cyrano que quedaba en la Avenida Jiménez y ahí me compraban siempre mi pastel de cumpleaños.
Íbamos con mi padre, mi madre y mi hermano al Restaurante Internacional
que quedaba al lado o en la casa Republicana de la Universidad del Rosario y
también íbamos al Monteblanco que quedaba en donde está ahora el Mc Donald´s de la Avenida Jiménez.
¿Usted viene todos los días al Centro?
Sí. Vengo entre semana y los sábados
porque trabajo en la dieciocho con séptima. Hago mis audiencias y mis talleres
y me gusta tomar tinto en los Cafés de las ferias artesanales.
Es como si uno
se metiera en otro planeta. Siempre me gusta tener tiempo para tomar café, es
mi momento sagrado, vengo sola o acompañada. Tengo una amiga que es viuda de un
fotógrafo, nos encontramos y vamos a tomar café. Yo soy muy callejera.
¿Tiene
alguna referencia histórica de La Romana?
Sí, las fotografías de los
individuales (risas).
¿La Romana ha cambiado mucho?
Sí. Cuando yo estudiaba
La Romana me parecía que era muy cara y no me gustaba tanto. Le empecé a tomar
cariño hace dos años cuando volví a entrar y me gustó.
No sé si cambiaron el
chef pues ahora todo me parece rico. He venido a comer pasta y me ha gustado.
Físicamente está todo igual y mantiene un estilo tradicional, como italiano.
¿Qué significado tiene para usted venir La Romana?
La Romana tiene para mí un
significado afectivo porque venía con una persona que quise mucho.
Tengo
recuerdos bonitos, es muy tranquilo, aquí no entran a pedir plata, no se
escucha ni siquiera el ruido de los carros, es como un paréntesis en la
cotidianidad.
Me gustaría que hubiera más espacios así, creo que esto hace que
se recupere la cultura del diálogo.
La gente debe sacar tiempo para las
reuniones, para compartir con el novio, el amigo, el amante, con los vecinos.
Son espacios valiosos para construir tejido humano.