jueves, 22 de junio de 2000

Presentación de CREARC


El 21 de junio de 2000 en la ciudad de Bogotá, en la Sede de la Corporación para el Análisis, la Investigación, la Educación para la Paz y la Resolución de Conflictos CREARC, se hizo una sencilla reunión para presentar CREARC a las personas amigas que apoyaron y alentaron la concreción de este sueño. Empezando de izquierda a derecha, atrás: El Padre Guillermo Zapata S.J., el antropólogo Francisco Moyano, adelante: Dr. Lisímaco López Especialista en Resolución de Conflictos, la periodista María Teresa Camargo Cerón Especialista en Resolución de Conflictos, el Contador Público Jorge Alberto Cárdenas Montilla y la Coordinadora de CREARC Dra. Carlota Sánchez Mendieta


Con nuestro grupo de amigos y amigas, la Directora de CREARC, Patricia Romero Sánchez


De izquierda a derecha Patricia Romero Sánchez, María Teresa Camargo Cerón y Lisímaco López

Carlota Sánchez Mendieta y Patricia Romero Sánchez cofundandoras de CREARC

Fotografías: ARCHIVO CREARC

sábado, 22 de abril de 2000

Manifiesto 2000 por una Cultura de Paz y Noviolencia


Porque el año 2000 debe ser un nuevo comienzo para todos nosotros. Juntos podemos transformar la cultura de guerra y de violencia en una cultura de paz y de no violencia.

Porque esta evolución exige la participación de cada uno de nosotros y ofrece a los jóvenes y a las generaciones futuras valores que les ayuden a forjar un mundo más justo, más solidario, más libre, digno y armonioso, y con mejor prosperidad para todos.

Porque la cultura de paz hace posible el desarrollo duradero, la protección del medio ambiente y la satisfacción personal de cada ser humano. Porque soy conciente de mi parte de responsabilidad ante el futuro de la humanidad, especialmente para los niños de hoy y de mañana.

Me comprometo en mi vida cotidiana, en mi familia, mi trabajo, mi comunidad, mi país y mi región a: 

practicar la no violencia activa, rechazando la violencia en todas sus formas: física, sexual, psicológica, económica y social, en particular hacia los más débiles y vulnerables, como los niños y los adolescentes; 

compartir mi tiempo y mis recursos materiales, cultivando la generosidad a fin de terminar con la exclusión, la injusticia y la opresión política y económica; defender la libertad de expresión y la diversidad cultural, privilegiando siempre la escucha y el diálogo, sin ceder al fanatismo, ni a la maledicencia y el rechazo del prójimo; 

promover un consumo responsable y un modo de desarrollo que tenga en cuenta la importancia de todas las formas de vida y el equilibrio de los recursos naturales del planeta; 

contribuir al desarrollo de mi comunidad, propiciando la plena participación de las mujeres y el respeto de los principios democráticos, con el fin de crear juntos nuevas formas de solidaridad.