martes, 28 de abril de 2009

72 Aniversario del Bombardeo en Gernika: El sentido de la Memoria, la vivencia de la Reconciliación

Por Patricia Romero Sánchez*

Con todo mi respeto para María Antonia, Luis, Pedro y
tod@s l@s sobrevivientes del Bombardeo en Gernika.
A las víctimas del Bombardeo en Gernika.
A Gernika Gogoratuz por su ejemplo de trabajo y compromiso.
A todas las víctimas de bombardeos en el mundo.
A las mujeres que me compartieron
las historias de Almería.
A mi madre, Carlota Sánchez Mendieta,
A mi padre Carlos Romero Lozano



Escribo estas líneas en Granada, hace pocas horas regresé del País Vasco, estuve en Gernika viviendo la conmemoración de uno de los hechos más atroces del siglo XX, el bombardeo del 26 de abril de 1937 dirigido a una población civil totalmente indefensa en su día de mercado, un día lunes hace setenta y dos años.

La Gernika de este viaje, hacía honor a la frase que se escucha tanto por aquí: en abril, lluvias mil. Una lluvia incesante que estuvo presente casi todo el tiempo, al igual que la memoria, para que un hecho así no se repita nunca más.

Mi salud quebrantada me iba haciendo una mala pasada, no pude asistir a las jornadas, a última hora el viaje parecía descartado, el viernes llegó con ánimos renovados, y después de varias horas de viaje por tierra, a las ocho de la mañana del sábado llegué a Gernika. A medida que iba acercándome a Gernika, como en mi viaje pasado, la gripe desapareció y la alergia en la piel empezó a curarse, la energía de este lugar tiene un efecto restaurador y sanador.

El sábado participé en un interesante espacio de diálogo y debate como es la Red Gernika, allí conocí a personas e instituciones que desde diversos enfoques trabajan en la construcción de la Paz y la Reconciliación, estaban presentes: Gernika Gogoratuz (Fernando, Jokin y Andreas), la Universidad Jaume I de Castellón (Frik); la Universidad de Puerto Rico (Daniel) la Unesco y la Universidad de Rosario en Argentina (Alicia Cabezudo); Civis; La Montañita Caquetá, Alejandro Espinosa (Imedia) y CREARC, este fue un espacio de construcción de red que continuó en el almuerzo con el CRIC.

La conmemoración del bombardeo inicia el domingo 26 de abril, con mi segunda visita al Museo de la Paz, la primera visita fue en julio del 2008 - visita guiada por Iridoia -, salí de allí impactada. Esta vez iba “preparada”, y al entrar me encontré con la Directora del Museo quien estaba recibiendo los regalos de un grupo de japoneses pertenecientes al Sindicato de… y al igual que yo, venían para acompañar los diversos actos de conmemoración.

De esta visita quiero destacar los diversos conceptos de Paz (Bakeaz en Euskera) que nos ofrece el Museo, Pax Romana, Paz Negativa, Paz Positiva, Paz Interior, Paz Cotidiana (aquí recordé al querido grupo de profesor@s del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, con sus marcos teóricos de paz, y la vivencia de paz, me han compartido su enfoque de red, apoyo y afecto que con alegría recordamos con Alejandro Espinosa y Daniel Nina), se define el conflicto y la paz y nos ubica en la necesidad de una Caja de Herramientas para la Transformación Pacífica del Conflicto: dialogar, escuchar, mediar, negociar, entre otras.

Y luego de observar detenidamente esta Caja de Herramientas, retomo el momento más impactante de mis dos visitas al Museo: El cuarto de Begoña, las lágrimas asoman nuevamente y un nudo en la garganta se empieza a formar, luego la proyección sobre el Horizonte de todo Conflicto: La Reconciliación, primero en inglés y luego en español para que no se me pierda nada, acuden a mi mente nuevamente las palabras de Ricardo Esquivia: en el trabajo por la paz nunca se puede perder la Esperanza, el nudo en la garganta se empieza a transformar, son emociones encontradas, las lágrimas son por la posibilidad real y presente de la paz en tantos lugares y momentos: Suráfrica, el Muro de Berlín y Gernika entre otros, es emocionante ver y escuchar en el 60 aniversario de la conmemoración del bombardeo al alemán y a Luis Iriondio con su voz y su sentimiento, y la música de fondo, esa música que volví a escuchar en un autobús yendo hacia Lekeitio.

En el discurso de Luis Iriondo en el 60 aniversario del Bombardeo hay una metáfora: arriba en los aviones nos veían como hormigas, no se daban cuenta que éramos unos niños, unos iguales a ellos, y esta metáfora me ubica en el salón sobre la Tres Miradas del Gernika y su interpretación sobre los derechos humanos violentados: La Vida, la Libertad y la Igualdad, el cuadro de Picasso recrea el horror y la destrucción que vivieron las personas y también los animales, el cuadro de Picasso es un recuerdo presente y permanente del dolor que sufrió la Vida: personas, animales y medio ambiente, este hecho vergonzoso hace que nos preguntemos en que momento el ser humano pierde su humanidad y entra en ese terreno de la maldad y la deshumanización.

Se hace también alusión al Sistema de Amenazas, y como con este se persigue la libertad de pensamiento y expresión, llegando al extremo de suprimirlos tocando la vida de quien se persigue. 

El Museo ese día nos regalaron a los visitantes un libro, sobre un historiador de Gernika, más aportes para la sensibilización.

Al salir del Museo, una señora de los alrededores de Gernika me dice, que el día 26 de abril es un día de fiesta, en el mercadillo hay un baile de niños y niñas, porque hoy es un día de fiesta…. Y por la noche una marcha con velas… porque hoy es un día de fiesta…

En el mercado había muchos niños y niñas del Pueblo Vasco, la señora tiene razón, allí hay una fiesta, una fiesta de vida, de color, de música, de alegría y esperanza, porque la vida continuó después del bombardeo… y al otro lado del mercado se reconocía y premiaba a las experiencias y organizaciones que trabajan por la paz en la gala de entrega de los V Premios Gernika por la Paz y la Reconciliación.

En los alrededores del Museo Euskal Herria, me encuentro con Constant va vestido como los vascos, es un hombre maduro que trabaja el tema de la memoria, su abuelo murió en prisión, este es el preámbulo de las historias que escucharía, historias de un país que vivió una guerra

No sabía si ir o no ir al cementerio, hay tantas historias y emociones negativas sobre los cementerios, al igual que con este viaje mis dudas se despejaron por el camino. 

En los alrededores de la Plaza Foral, había un grupo de señoras, elegantes, alegres, les pregunto por el bus que lleva al Cementerio y ellas me dicen que también van para allá, una de ellas es una sobreviviente del bombardeo: María Antonia, me recibe con inmensa alegría, se emociona al saber que soy de Colombia, me anima a subir al autobús, me cuenta que tenía nueve años cuando el bombardeo sucedió. 

De camino al cementerio, los bellísimos caseríos, el hermoso verde del País Vasco, el euskera que se lee y se escucha siempre. En el Cementerio, María Antonia me lleva al lugar donde están enterradas las personas que perdieron la vida por el bombardeo… el nudo en la garganta vuelve nuevamente, mi oración y mi respeto por los y las ausentes y por los y las presentes. Me pide que le tome dos fotografías, una al lado de sus muertos –cuyo mausoleo lleva muchos años limpiando y cuidando - y otra cuando lleve la ofrenda floral, las fotografías prometidas aquí están.

El recuerdo de las víctimas del bombardeo estará presente por generaciones, es el recuerdo de la destrucción y de la no alternativa que plantea una guerra, también es el recuerdo de la sabiduría de este pueblo que supo levantarse, reconstruirse y seguir para adelante, y en lugar de plantear el odio, su propuesta es de paz y reconciliación.

La ofrenda floral ante el Mausoleo del Cementerio, es la reconciliación misma: las víctimas del bombardeo, los y las sobrevivientes, familiares de los presos, ayuntamientos, el ayuntamiento de Gernika y de la ciudad hermana alemana de Pforzeim, la Fundación Petra Kelly, Gernika Gogoratuz y el Gobierno Alemán. Es un acto de encuentro, respeto, perdón y reconciliación, el mejor homenaje para las víctimas del bombardeo es que la memoria de este hecho esté presente, para que el sufrimiento de tantas Gernikas en tantas partes del mundo se detenga. Gernika es la lección viviente de la Reconciliación, de la libertad, su opción fue el amor. A este acto también asistieron niños y niñas, jóvenes, extranjer@s entre quienes estaban japoneses y una colombiana viviendo una lección sobre la memoria y la convivencia.

Es inevitable recordar los relatos y las historias de mi madre, sobre la violencia que vivió en el Tolima en los años sesenta, son cuentos de horror, lo que le hicieron a los hombres, a las mujeres y a niños y niñas, cuando me narra sus recuerdos siento mucho miedo, ¿Cómo es posible que el ser humano se ensañe así con otro ser humano? Pienso en los pueblos de Colombia que han sufrido la misma tragedia ¿Cuál es la memoria en mi país sobre estas tragedias? Luego las otras violencias que ha vivido mi país, también viene a mi mente la fe y el coraje que tienen las personas y organizaciones en mi país que trabajan por la víctimas, los derechos humanos y por la memoria

A mi lado, estaba sentada Luisa, me contó que una amiga suya sobrevivió porque no pudo entrar al refugio porque estaba lleno, cuando salió corriendo, cayó una bomba y mató a todas las personas que estaban allí, también me contó que otra amiga tenía ocho hijos y cuatro hijos estaban en un bando y los otro cuatro en otro bando, los ocho hijos de su amiga sobrevivieron a la guerra, esa suerte no la corrieron muchos de los hombres que participaron en la misma, su relato es la síntesis de lo que es una guerra: hermano contra hermano, Caín y Abel. Hablando con Luisa, le decía que me impactaba lo acogedora y querida que es la gente en Gernika, que Gernika es un pueblo muy hermoso y que costaba creer el sufrimiento que allí se causó, es inevitable que la tristeza nos embargue a las dos.

La ofrenda floral inició con el Aurresku un baile con el cual se inicia y se despide cualquier acto, lo bailó un joven vestido de blanco a las víctimas del bombardeo, luego hubo unas palabras en español y en euskera, cantos, una misa en euskera con el canto del padre nuestro más hermoso que he escuchado en mi vida, la ofrenda floral y al final las palabras de un sobreviviente, la sabiduría de Luis, con su voz y su acento, haciendo un llamado por la paz, haciendo hincapié que en Gernika no surgió un sentimiento de odio, sino un sentimiento de paz.

Cuando se terminó la ofrenda floral, un compatriota que vive hace muchos años en Gernika, y quien trabaja para Gernika Gogoratuz (Recordando a Gernika en euskera) Fernando Cruz, me presentó a Pedro Baliño, uno de los sobrevivientes, me tomé una fotografía con él, su mirada y su sonrisa, es la bienvenida calurosa y amable con la cual Gernika recibe a sus visitantes.

En Gernika, recordé las historias sobre los bombardeos en Almería, son relatos de viva voz de las nietas de una generación que vivió una guerra. Una de las historias es sobre una madre con su niño de ocho años corriendo de la mano hacia el refugio, cuando ella llegó al refugio, llegó sola, al niño le cayó una bomba.

Otra historia de viva voz, fue sobre los abuelos tanto paterno y materno, luchando en la guerra en diferentes bandos, la recomendación sobre la lectura del libro de Juan Goytisolo Los Campos de Nijar y la visita en Almería de los refugios.

La memoria es parte del duelo de un país, es parte de la sanación y la reconciliación, Juan Pablo Lederach, cuando habla sobre que es la Reconciliación, dice que es un lugar de encuentro y una meta, un lugar donde se encuentran: la Verdad (la memoria es para saber que pasó); la Justicia (asumir la responsabilidad sobre los actos); el amor (el perdón y la misericordia) y la Paz, (una paz imperfecta como la define Francisco Muñoz), en el 72 aniversario del bombardeo de Gernika, viví lo que es la Reconciliación, y efectivamente fue un encuentro de personas, de sentimientos, de verdades, de justicia, de amor y por lo tanto un sentido acto de paz. La reconciliación, hace que recordemos el pasado con un sentimiento inmenso de tristeza, y a la vez labra en la mente y en el corazón de las personas el sentimiento y el horizonte de la paz.

En la noche participé en una manifestación silenciosa con velas, esta manifestación fue una expresión popular al igual que los bailes de los niños y niñas en el mercadillo, el espíritu de luz de las víctimas del bombardeo, estuvo presente y el cielo lloró, una lluvia fuerte acompañó la marcha que inició y concluyó en la Plaza Foral con un acto cultural: baile, poesía improvisada, música y el himno del País Vasco, en esta marcha conocí y me acerqué aún más a esta cultura lejana y cercana a la vez, la lluvia no fue excusa para no continuar en la marcha, la presencia y la participación en los actos de conmemoración, las banderas con la señal de luto, de diferentes formas y maneras se sintió la presencia y la solidaridad. También percibí un fuerte sentido de orgullo y pertenencia por ser Vasco, su idioma está presente en todas partes, la arquitectura, la palabra del Vasco, Luisa me decía que un vasco tenía un gran respeto por la palabra, y conmemorar el 72 aniversario del Bombardeo, es prueba de ello.

Esta visita a Gernika, me deja muchas inquietudes ¿Qué se está haciendo en mi país por la memoria y la reconciliación de las poblaciones que también han sufrido bombardeos como parte de las estrategias en el conflicto armado en Colombia? ¿Además de Gernika, en las demás ciudades del País Vasco y del resto de España cuál es el trabajo que se está realizando por la memoria y la reconciliación? ¿Cuáles son los trabajos por la memoria y las diversas expresiones de conmemoración de acuerdo a las costumbres y culturas de los Pueblos? ¿Cómo se multiplica la pedagogía de la Reconciliación en Gernika?

Al otro día con Alicia Cabezudo, conocemos el Mercado de Gernika, - es un día lunes, al igual que el día del bombardeo - allí encontramos una gran riqueza y diversidad de productos, los quesos deliciosos, los pimientos, verduras y frutas, hay comerciantes de Gernika y de otros lugares; luego la Casa de Juntas y el árbol de Gernika, el símbolo del Pueblo Vasco, el Parque Europa y las dos bellísimas esculturas de Moore y Chillida, el Palacio de la Reserva de Urdabai, allí al ver el mapa de la Reserva observo el nombre de un pueblo Mendata, se parece al apellido de mi abuela, y allí me entero que Mendieta es un apellido Vasco, que significa: pluralidad o lugar de montes, me despido de Gernika, rumbo a Lekeitio, el camino hacia esta población, se parece a las montañas y al verde de Santa Isabel (Tolima), montañas, bosques, un verde hermoso.

En Gernika confirmo las historias de mi abuela materna sobre los ascendientes vascos, los Mendieta.

Las poblaciones bellísimas y el típico caserío está presente por todo el camino, en medio de la montaña de repente en una curva el Mar Cantábrico, y luego desde la altura se divisa, se ve abajo un pueblecito junto al mar.

Llegamos a Lekeitio es hermoso, sus calles estrechas, su arquitectura tan particular, los caseríos, la Iglesia, el puerto, el mar y la playa, música típica en euskera, desde Gernika hasta Lekeitio, y de Lekeitio a Bilbao, música instrumental de diversas partes del mundo, música conocida, aunque llena de melancolía, me queda en el recuerdo la melodía de Soleado y la vista del hermosísimo paisaje de Vizcaya en tiempos de lluvia y conmemoración, un paisaje que me recuerda la tierra de mi madre en Colombia, y una huella en mi mente y en mi corazón de una de las experiencias más valiosas y emotivas de mi vida.