miércoles, 18 de agosto de 2010

Madrid: la paz un mundo sin fronteras para el amor...


"Leer y viajar son dos formas de aprender"
Miguel de Unamuno
Mari Luz Sánchez

Tengo una alegría inmensa de estar aquí en mi tierra, en mi querida Bogotá.

Me da tristeza saber lo que mi padre me dice al volver, que por un móvil la gente está perdiendo la vida, una amiga de mi madre me dice lo mismo, un querido amigo me dice, que lo bueno es saber que aquí está super inseguro y que peor no puede estar.

Lo que más me ha gustado de España ha sido la tranquilidad y seguridad que se vive en ese país, le doy gracias a Dios porque he tenido el privilegio de poder caminar con tranquilidad, me pregunto: ¿Cuándo volveremos a recuperar la tranquilidad en Colombia? ¿Cuándo volverá a ser la vida sagrada? ¿Cómo es posible que la vida de un ser humano corresponda a un móvil?

Con la posesión del nuevo presidente renace la diplomacia, la institutionalidad y la concertación. 

El nuevo gobierno sorprende por su enfoque conciliador e institucional. 

Espero que esta energía positiva y la confianza que renace perduren.

El aporte de CREARC, durante estos diez años de trabajo es la gota en el mar, al que se refiere la Madre Teresa, es un aporte diario y constante de alguna manera para recuperar la tranquilidad, y la paz sería menos si faltara la gota de este trabajo constante.

A veces vuelve el miedo y respiro, debo conservar la calma, la tranquilidad que Dios me ha permitido vivir y traer de España, con crisis económica y todo.

En Madrid un hermano ecuatoriano me quiso robar en una estación del metro, fue solo un susto, Madrid es una ciudad bastante segura y tranquila.

Percibí muchos estigmas y estereotipos, me pregunto ¿Qué vive ese hermano para que tenga que hacer eso? cuando me escuchó hablar desistió.

El encuentro con este ecuatoriano necesitado tuvo dos matices, primero me puse histérica, ví a un enemigo, cuando lo ví como un hermano cambió totalmente.

Él no ve al europeo como un hermano, que tristeza que me da también, ese ecuatoriano percibo que tampoco es visto como un hermano. Hay estereotipos y racismo mutuos entre las personas de diferentes lugares con una mente cerrada.

Hay de todo como en botica, hay muchísimas personas que afortunadamente son espíritus libres y abiertos para compartir con el otro u otra, piensan, actúan y viven como ciudadanos y ciudadanas del mundo, como hermanos y hermanas como debiera ser.

Yo me siento colombiana, granadina de corazón y soy un espíritu libre y del mundo, es la expresión de mi derecho humano de autodeterminación, así me siento ahora, como el río que pasa y el agua no es la misma, en un tiempo no sé como me sienta, es también parte del derecho humano de cambiar de opinión y de pensamiento! 

Aprendí en Madrid que ser tan rígida no es saludable para mí, ni para la demás personas.

Hubo pensamientos, palabras y acciones que me cuestionaron muchísimo, en particular sobre el derecho a la autodeterminación, la libertad y el derecho a sentirse de donde uno quiera; sobre la inclusión y la exclusión, sobre si hay que pagar un precio por sentirse incluido, como por ejemplo renunciar al acento como estrategia de invisibilización, es un renunciar a las raíces por sobrevivir, sobre la libertad, sobre las barreras, sobre el derecho a la hospitalidad, sobre la diversidad cultural como riqueza (no como problema) entre otras muchas cosas.

Lo que es encuentro, genera muchas veces desencuentro.

Granada fue un ejercicio hacia dentro, leer, estudiar, escribir, fue reflexionar sobre lo andado.

Madrid en cambio fue un ejercicio hacia fuera, compartir en la mañana con los compañeros y compañeras del curso de mediación, escuchar y aprender de los profesores y profesoras y sus experiencias y reflexiones; en la tarde compartir con el grupo del curso de italiano, conocer una ciudad que percibí hace dos años gris y subterránea, ahora fue caminarla, conocerla, disfrutarla.

Caminé muchísimo, caminar es mi manera de acercarme a un lugar y a su gente, mi manera de comprender. 

La recomendación para conocer Madrid es cero metro, lo que un turista venezolano me dijo en la Alhambra: para disfrutar Madrid hay que caminar Madrid.

La lección que traigo de Madrid coincide coincide con enseñanzas universales espirituales: La paz es un mundo sin fronteras para el amor...

Es el mismo mensaje con otras palabras de la imagen de la virgen que me regaló un compañero mexicano: Aprende a amar a todos sin preferencias y encontrarás la luz que tanto esperas.

Es decir el mandamiento de Jesús, sus palabras nunca pasarán: Amar a Dios sobre todo y al prójimo como así mismo.

Que increíble, Madrid, la ciudad que tanto temor y miedo me causaba, me ha dado esta lección vital que espero vivir siempre.

El trabajo por la paz, coincide con lo que decía Buscaglia sobre el amor: el amor construye, no destruye, por eso hablamos, trabajamos y vivimos la construcción de la paz.

El lugar que más me gustó de Madrid, es un lugar que encierra ese respeto por el pensamiento y la cultura diferente, en ese lugar se encuentran España, Egipto y todas las naciones; es un ejemplo de cooperación y de esa virtud llamada gratitud, es un lugar donde mágicamente el tiempo confluye: se encuentran el pasado, el presente y el futuro, el pasado con una cultura antigua como la egipcia, el eterno presente de quienes visitan este lugar, en un Madrid antigüo y moderno y postmoderno y el futuro que se refleja en la esperanza, ese lugar es el Templo de Debod, y bueno espero volver porque es un lugar que al igual que el Sacromonte en Granada, me da mucha paz.

Agradecimientos a tod@s l@s amig@s, personas y turistas que fueron tan amables de tomar las fotografías, recuerdos de mis caminatas por Madrid.

MADRID A COLOR