lunes, 2 de octubre de 2023

Taller no violencia franciscana: San Francisco y el lobo de Gubbio

Por Patricia Romero Sánchez

El lunes 25 de septiembre de 2023 se facilitó en el Templo de San Francisco en la ciudad de Bogotá el Taller No Violencia Franciscana en el marco de la celebración y conmemoración de la Solemnidad de San Francisco de Asís que inició el lunes 25 de septiembre de 2023 y finaliza el 4 de octubre de 2023. 

Quiero expresar mi gratitud infinita a Dios Padre Todopoderoso y a la Comunidad Franciscana Provincia de la Santa Fe Convento Máximo de la Purificación Templo San Francisco, a Fray Jesús María Peña y a Fray Hugo Andrés Sánchez Quintero por autorizar y apoyar la realización de este taller.

También quiero expresar mi gratitud a Fray José Ismael Bolaños por su participación,  valiosa colaboración y apoyo comprometido, también por transmitirnos y compartirnos el amor tan grande que tiene por San Francisco de Asís, su Comunidad Franciscana y por los feligreses del Templo de San Francisco.

Contamos con la valiosa participación de nuestros anfitriones frailes de la comunidad franciscana y de los feligreses del Templo de San Francisco.

También expreso mi gratitud a los feligreses del Templo de San Francisco y a los frailes franciscanos por su participación en el Taller de no violencia franciscana que era una inquietud que tenía hace muchos años en mi corazón y fue maravilloso verlo hecho una realidad.

El taller fue facilitado por Fray Alexander Candela y Fray Hugo Andrés Sánchez Quintero de la Comunidad Franciscana Provincia de la Santa Fe y Patricia Romero Sánchez de CREARC.


Los objetivos del taller: 

Reconocer en el encuentro de San Francisco de San Asís (1.181 - 1.226+) con el lobo de Gubbio: pensamientos, palabras y obras de San Francisco como una propuesta vital y espiritual de paz y no violencia como un camino de construcción de relación con Dios,  con nuestro prójimo y con nosotros mismos y plantear los elementos de una propuesta de Paz y No violencia Franciscana desde el propio San Francisco de Asís.

Identificar las estrategias pacíficas y no violentas que aplicó San Francisco de Asís para enfrentar y solucionar los conflictos desde el Mandamiento del Amor que anunció con la Buena Nueva y que vivió nuestro Señor Jesucristo y que acogió San Francisco de Asís y lo convirtió en regla de vida,  una regla de vida, que está viva hoy en día en el siglo XXI. 

San Francisco y el lobo

San Francisco de Asís y el lobo de Gubbio: 

En el tiempo en que Francisco moraba en la ciudad de Gubbio, apareció en la comarca un grandísimo lobo, terrible y feroz, que no sólo devoraba a los animales, sino también a los hombres; hasta el punto que tenía aterrorizados a todos los habitantes, porque muchas veces se acercaba a la ciudad.

Todos iban armados cuando salían de la ciudad, como si fueran a la guerra; y aún así, quien topaba con él estando solo no podía defenderse.

Era tal el terror, que nadie se aventuraba a salir de la ciudad.

San Francisco, movido a compasión de la gente del pueblo, quiso salir a enfrentarse con el lobo, desatendiendo los consejos de los habitantes que querían a todo trance disuadirle. Y, haciendo la señal de la cruz, salió fuera del pueblo con sus compañeros...

Cuando he aquí que, a la vista de muchos de los habitantes, que los habían seguido en gran número para ver este milagro, el lobo avanzó al encuentro de San Francisco con la boca abierta; acercándose a él, San Francisco le hizo la señal de la cruz, lo llamó así y le dijo:

"¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie."

¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca, dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se echó a los pies de San Francisco

Entonces, San Francisco le habló en estos términos:

Hermano lobo, tú estás haciendo daño en esta comarca, has causado grandísimos males, maltratando y matando las criaturas de Dios sin su permiso... Por todo ello has merecido la horca como ladrón y homicida malvado.

Toda la gente grita y murmura contra ti y toda la ciudad es enemiga tuya.

Pero yo quiero, hermano lobo, hacer las paces entre ti y ellos, de manera que tú no les ofendas en adelante, y ellos te perdonen toda ofensa pasada, y dejen de perseguirte hombres y perros." 

Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía san Francisco.

Díjole entonces san Francisco:

"Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo hacer que la gente de la ciudad te proporcione continuamente lo que necesites mientras vivas, de modo que no pases hambre; porque sé muy bien que por hambre has hecho el mal que has hecho.

"Pero, una vez que yo te haya conseguido este favor, quiero, hermano lobo, que tú me prometas que no harás daño ya a ningún hombre del mundo y a ningún animal.

¿Me lo prometes?"

El lobo, inclinando la cabeza, dio a entender claramente que lo prometía... San Francisco le dijo: 

"Hermano lobo, te mando, en nombre de Jesucristo, que vengas ahora conmigo sin temor alguno; vamos a concluir esta paz en el nombre de Dios." El lobo, obediente, marchó con él como manso cordero... Florecillas de San Francisco de Asís

Panorámica del Taller 
y al fondo la escenificación del Sueño de San Francisco

Intervención y mediación: 
San Francisco y el lobo de Gubbio

Con la Constitución Política de Colombia de 1991 en el artículo 116 se plasmó con rango constitucional figuras en las cuales los particulares intervenimos como terceros en la solución de conflictos de las personas, estas figuras constitucionales son la conciliación en derecho y la conciliación en equidad, donde las partes son quienes toman la decisión sobre la solución del conflicto y el arbitraje en derecho y en equidad donde el árbitro que también es un tercero es quien toma la decisión.

En Colombia también hay otras figuras de solución de conflictos: la transacción, la mediación, la amigable composición etc.

Con una cultura del derecho ampliamente adversarial y litigiosa el artículo 116 de la Constitución Política planteó un cambio de paradigma y es que las partes resuelvan sus conflictos directamente con la ayuda de un tercero como es el caso de la conciliación o que un tercero les resuelva el conflicto en la eventualidad que ellas no logren llegar a un acuerdo como sería el caso del arbitraje.

Más este cambio de paradigma aparente novedoso lo encontramos planteado hace más de 2000 años en el relato del Evangelio de San Mateo en el capítulo 5:

22. Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego del infierno.

23. Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,

24. deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda.

25. Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias que te encerrarán en la cárcel?

26. En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.

En otras palabras el evangelista San Mateo nos está contando que Nuestro Señor Jesucristo nos invita a hacer las paces con nuestros hermanos, que tratemos de llegar a un acuerdo con nuestros adversarios mientras vamos de camino al juicio, porque si se deja avanzar el conflicto, se va a llegar al juez, el juez resuelve y allí no hay nada que hacer porque el juez es quien toma la decisión.

Análisis del conflicto 

El conflicto inicia con: la aparición de un lobo feroz que devoraba animales y hombres y tenía sembrado el terror en la ciudad de Gubbio.

Es interesante analizar que en el tiempo presente, existen discursos y prácticas del miedo y del terror que buscan robar la paz y la tranquilidad a las personas y a las comunidades para implementar el miedo desde diversas estrategias de terrorismo psicológico para poder manipular a la gente desde el miedo e implementar agendas de la muerte, en el caso del relato: devorar animales y hombres, en otros casos: guerras, desaparición forzada, limpiezas étnicas, aborto, infanticidios por razón del sexo del bebé, eugenesia y eutanasia.

Continúa el relato, la decisión de la gente fue armarse para atacar al lobo, aquí vemos la respuesta inmediata y visceral: la eliminación del lobo, o la eliminación del otro o de la otra. 

San Francisco es un TERCERO que movido a compasión de la gente del pueblo, quiso salir a enfrentarse con el lobo, desatendiendo los consejos de los habitantes que querían a todo trance disuadirle. Y, haciendo la señal de la cruz, salió fuera del pueblo con sus compañeros...

Cuando he aquí que, a la vista de muchos de los habitantes, que los habían seguido en gran número para ver este milagro, el lobo avanzó al encuentro de San Francisco con la boca abierta; acercándose a él, San Francisco le hizo la señal de la cruz, lo llamó así y le dijo:

"¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie."

¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca, dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se echó a los pies de San Francisco

En el relato hay un elemento central, que no puede ser ignorado desde distintos argumentos como: el Estado es laico, soy ateo, soy de otra religión, y un largo etc., todo lo anterior muy respetable. 

En este relato de San Francisco y el lobo es muy importante el aspecto espiritual de las personas y de las relaciones entre las personas y su entorno.

En este caso y desde la libertad constitucional de cultos y religiones estamos frente a un relato de un hecho atribuido a San Francisco de Asís que es un santo que profesaba una religión concreta: la religión católica; de una iglesia concreta con nombre y apellidos: Iglesia católica, apostólica y romana, religión e iglesia que también la cobija y la protege la libertad constitucional de cultos y religiones.

Entonces el análisis de este aspecto espiritual desde mi humilde opinión, no se puede ignorar, invisibilizar por no "incomodar" o parecer "políticamente incorrecta".

Los elementos espirituales con los cuales San Francisco de Asís inicia su interacción con el conflicto y con el lobo son: la escucha, la compasión y la señal de la cruz y en nombre de Cristo con autoridad le dio una orden al lobo para que no le hiciera daño a él ni a nadie.

Para los creyentes católicos y para los creyentes no católicos: para Dios no hay nada imposible, para los creyentes católicos el Arcángel San Gabriel le dijo a María en la Anunciación: que para Dios no hay nada imposible.

San Francisco le habla al lobo desde la objetividad de los daños que está causando y es muy puntual sobre los HECHOS:

Maltrato y asesinato. Y por esas razones la gente murmura contra el lobo y la ciudad es enemiga del lobo.

Las PARTES de acuerdo a este relato son: el LOBO y la gente y la ciudad.

Continúa San Francisco introduciendo la LEY DEL AMOR, que nos mueve de la ley del Talión con el hermano lobo, como es hacer la paz, construir la paz y el perdón:

Hacer las paces entre ti y ellos, de manera que tú no les ofendas en adelante, 

Y ellos te perdonen toda ofensa pasada, y dejen de perseguirte hombres y perros." 

Y otro aporte de este relato tiene que ver con el LENGUAJE NO VERBAL:

Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía san Francisco.

Continúa San Francisco en su discurso y movimiento de rompimiento de paradigmas violentos y no colaborativos:

"Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo hacer que la gente de la ciudad te proporcione continuamente lo que necesites mientras vivas, de modo que no pases hambre; porque sé muy bien que por hambre has hecho el mal que has hecho.

Observamos una negociación cooperativa y colaborativa mediada que aborda los intereses de cada una de las partes:

Lobo: comer

La gente y la ciudad: la paz, la tranquilidad, una convivencia pacífica

Compromisos que se asumen:

La gente y la ciudad: proporcionar al lobo continuamente comida al lobo mientras él viva

El lobo: no hacer daño a ningún hombre y a ningún animal.

Comprensión y aceptación de los compromisos:

San Francisco pregunta al lobo: ¿Me lo prometes?"

Y el lobo, inclinando la cabeza, dio a entender claramente que lo prometía... San Francisco le dijo: 

"Hermano lobo, te mando, en nombre de Jesucristo, que vengas ahora conmigo sin temor alguno; vamos a concluir esta paz en el nombre de Dios." El lobo, obediente, marchó con él como manso cordero... 

Resultado de la negociación mediada colaborativa: ambas partes quedan en paz y satisfechas

Dice el relato que AMBAS PARTES CUMPLIERON EL ACUERDO, CUMPLIR LOS ACUERDOS, HONRAR LA PALABRA MANTIENE LA PAZ. 

También es interesante analizar, a quien está alimentando el pueblo de Gubbio con este acuerdo: al lobo feroz, destructivo y dañino o a un lobo con un corazón arrepentido y contrito que asumió unos compromisos y los está cumpliendo.

A resaltar:

San Francisco por compasión y por amor a Dios y al prójimo salió al encuentro del Lobo, fue con una actitud resuelta y a la vez humilde y sencilla. Generó un ambiente de paz y de tranquilidad. Con una gran fe en Dios, en su protección y ayuda fue a solucionar el problema que asolaba a Gubbio no desde la violencia, sino desde la escucha, desde la verdad y la realidad, la exploración de los intereses y con el ánimo de restaurar la paz, la tranquilidad y la convivencia pacífica.

Lo anterior también nos invita a reflexionar sobre nuestras actitudes, San Francisco era un santo, un hombre de oración, un hombre de encuentros y de transformaciones pacíficas y creativas, hizo lo impensable, ¡reunirse con el Lobo! más no lo hizo desde el orgullo, la arrogancia o la soberbia, lo hizo desde el respeto, la palabra clara y con autoridad y lo más importante movido por un gran amor a Dios y al prójimo, en este caso la gente de la ciudad.

Diferencia entre Caridad y Buenismo 

Por el Padre Javier Luzón Peña

"Uno de los errores más frecuentes que existen en nuestra cultura es confundir la caridad o la misericordia, que son lo mismo, con el buenismo, y cuando alguien, es una persona que se comporta mal, que se convierte en alguien tóxico pues pensar que la caridad tiene que llevarnos a someternos a su toxicidad. Este es un punto que hay que aclarar, porque ni eso es caridad, ni eso es misericordia.

La caridad significa amor gratuito,  gratuidad, es querer a la persona desinteresadamente, lo primero de querer a alguien es aceptarlo, aceptarlo como es, y si la persona está siendo tóxica aceptar que es tóxica. Por tanto si una persona tiene algo negativo la manera de ayudarle es no favorecerle, no fomentarle su psicopatía, su sadismo, su agresividad, eso es hacerle un daño a una persona.

El buenismo es una perversión de la caridad, una perversión de la misericordia,  es decir, bueno no le vamos a decir y entonces esto es una pena porque se producen tantas situaciones en las familias, con padres, con hijos, con hermanos que son auténticos depredadores emocionales, auténticos maltratadores y que una concepción equivocada de la caridad y de la misericordia lleva a condescender y a seguirle alimentando la fiera y eso no es caridad.

Si tu quieres a una persona, como dice Santo Tomás, caridad es desear el bien a alguien, y si está actuando mal no se lo deseas, es más vas a procurar no ponerte a su alcance, no favorecérselo

¿Cuáles son las obras de misericordia? la caridad se concreta en la misericordia, las obras de misericordia que estudiamos de pequeñitos con el catecismo:

1. Enseñar al que no sabe

2. Dar buen consejo al que lo necesita

3. Corregir al que yerra

No es misericordia el permitir y favorecer la toxicidad de la persona, uno tiene que saber saber parar los pies o al menos alejarse.

También por lo tanto, porque la caridad nos obliga también a guardar nuestra propia salud, el quinto mandamiento nos obliga a protegernos, yo no tengo derecho a exponerme a ser maltratado y machacado sistemáticamente por una persona tóxica que disfrute, tengo que procurar vivir la caridad con él y conmigo mismo en primer lugar que es protegerme y además vivir la caridad con esa persona, y es corregirla, corregir al que yerra, eso es misericordia.

Que significa caridad, caritas, que significa misericordia: viene del latín miserere (miseria) cor, cordis (con el corazón), corazón sensible a la miseria ajena: si una persona tiene una miseria, no se la voy a favorecer, no voy a favorecer que ese cáncer moral que tiene esa persona siga creciendo y creciendo hasta que lo absorba por completo, voy a poner los medios para no fomentárselo, no favorecérselo y en la medida de mis posibilidades corregirlo y desde luego no permitir que me maltrate, permitir el maltrato no es caridad ni con uno mismo, ni con la persona maltratadora. Esto es la fuente de grandes problemas en las relaciones humanas: en los trabajos, en las relaciones de amistad, en las relaciones sociales, en las relaciones familiares que a veces por un mal entendido sentido de la misericordia y de la caridad podemos estar haciendo un daño tremendo a la gente." Tomado del canal de youtube: Tiempo de Respuestas by Javier Luzón Peña: 

Pensando en voz alta

Este siglo XXI está lleno de lobos, lobos en diferentes escenarios que causan mucho daño, unos lobos se asumen directamente y sin reservas como lobos y hay otras figuras la de los lobos disfrazados de ovejas, los falsos profetas que causan distintas clases de daños a la gente, las ciudades y los países.

Como bien lo dice el Padre Javier Luzón Peña hay comportamientos dañinos y tóxicos y se dan en todos los niveles en los espacios privados y en los espacios públicos, en lo micro y en lo macro.

En el relato del Lobo de Gubbio el daño era a una población completa por razones de hambre.

También gracias a Dios existen TERCEROS desde tiempos inmemoriales: CONCILIADORES, MEDIADORES, ÁRBITROS entre otras figuras, que desde el derecho, la equidad o desde la espiritualidad en este caso la Iglesia Católica ayudan a resolver conflictos en diversos ámbitos, desde la humildad y sencillez de un confesionario, una homilía o en un proceso de paz. Siendo profetas que anuncian y también denuncian.

Este relato de San Francisco de Asís y el Lobo de Gubbio está más vigente que nunca y la gente y las ciudades están ávidas de paz y de tranquilidad, están ávidas de la solución de las necesidades básicas, están ávidas de convivencia pacífica, están ávidas de espiritualidad, están ávidas de Jesús, están ávidas de San Francisco de Asís, de Santa Clara, de San Antonio, de San Pío de Pietrelcina, están ávidas de valores positivos, no de pobreteos, ni de la satanización del trabajo, ni de la riqueza.

Nuestro Señor Jesucristo lo dice: busca primero el Reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura.

¿Cual será la verdadera paz? En estos momentos estoy totalmente convencida que la verdadera paz la da Jesús, que su sacrificio no fue en vano, que su misericordia infinita cuando humildes y contritos de corazón nos acercamos a él para pedirle perdón por nuestros pecados, nuestros errores, nuestras faltas él nos va limpiando, purificando de ese barro de nuestros infinitos errores y caídas. Nos va liberando, nos va volviendo libres, nos quita velos y nos muestra que podemos solucionar los conflictos y avanzar desde la paz que no debe ser entendida como pusilanimidad, ni tontería. Nuestro Señor dijo que seamos mansos y humildes como él. Nuestro Señor Jesucristo perdonó pecados y liberó a la gente de opresiones y de demonios.

Sólo que esa paz verdadera parece muchas veces un espejismo porque el mundo, sus mentiras y sus distracciones, coloca muchos obstáculos y yéndonos muchas veces contra el entendimiento y la memoria, el ser humano impone su voluntad, nunca busca el silencio para hablarle a Dios y sobre todo para escucharlo, para comprender cual es su voluntad.

Muchas veces no logramos llegar a donde el hijo del carpintero, ya sea como ese Divino Niño del Pesebre, ya sea como el Dios encarnado haciendo milagros y rompiendo las leyes de la Naturaleza o como el verdadero hombre que se entregó, de todas las formas, incluso dando, donando su vida misma padeciendo un juicio injusto, todos los sufrimientos y los dolores para que a través de sus llagas y su sangre preciosa y los méritos de su santísima madre al pie de la cruz podamos ser sanados y liberados de las enfermedades y del Espíritu del Mal que nos pone tantas trampas para hacernos caer y destruirnos.

Le damos gracias a Dios porque se ha manifestado en los santos: hombres y mujeres que también vivieron el barro del pecado, quienes encontraron ese camino, verdad y vida que es Jesús y se convirtieron y su vida y escritos son faros que nos guían en medio de la enorme confusión que vivimos hoy en día.

Este taller fue un aperitivo para empezar a estudiar, analizar, reflexionar, interactuar el legado espiritual de este pequeño grande de la historia espiritual y universal que es San Francisco de Asís, con un legado de siglos de hombres y mujeres conocidos y desconocidos que en distintas partes del mundo están construyendo la paz desde la paz franciscana: paz y bien y el amor que son parte de las bases de la Iglesia que fundó directamente Nuestro Señor Jesucristo, en su piedra, el Apóstol Pedro. 

El Espíritu Santo nos siga iluminando, dándonos: sabiduría, amor, fortaleza, ciencia, consejo, acierto, conocimiento, paz, misericordia, paciencia, prudencia, fortaleza, voluntad, energía, firmeza, ternura, dulzura y gozo para continuar construyendo desde diversos aportes esta paz imperfecta como la nombró hace años mi recordado profesor Francisco Adolfo Muñoz Muñoz (q.e.p.d.) del Instituto de la Paz y de los Conflictos de la Universidad de Granada en España.

Porque la paz perfecta solo nos la da Nuestro Señor Jesucristo.

"El espíritu de Dios es espíritu de paz, y hasta en las faltas más graves nos hace experimentar un arrepentimiento tranquilo, humilde, confiado, que depende precisamente de su misericordia.

El espíritu del maligno, en cambio, excita, exaspera y nos hace experimentar, en el arrepentimiento mismo, una especie de ira contra nosotros mismos, siendo así que el primer acto de caridad debemos dirigirlo a nosotros mismos.

Por tanto, si te turban algunos pensamientos, piensa que esta turbación no viene nunca de Dios, sino del diablo.

Dios te regala la serenidad porque es espíritu de paz."

San Pío de Pietrelcina


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