Todo el tiempo llevo a mi amado padre Carlos Alberto Romero Lozano, en mi mente y en mi corazón. Un legado de mi padre es un inmenso amor por la Navidad... la primera Navidad sin mi padre, la misa que celebró el padre Luis Aladino Carrascal su homilía tan llena de nostalgia, gratitud y amor hacia los seres que ya partieron a la casa del Padre Celestial y que comparten con nosotros de otra manera la Natividad de Jesús.
También llevo en el alma y el corazón la tarjeta de navidad, la primera sin mi padre, de su buena y fiel amiga Matilde Merchán, "y serás entonces una corona de gloria en la mano del Señor..." Isaías 6 2 - 3 y sus palabras sobre el deber cumplido y el amor dado... yo diría el amor infinito recibido por parte de mi padre, papá te amo y te doy infinitas gracias por todo tu amor reflejado en actos, decisiones, apoyo incondicional en vida y luego de tu muerte. La historia del hijo pródigo también es la historia de un padre infinitamente misericordioso.
El mayor regalo de Navidad es la pequeña y sagrada familia que mi papá conformó con mi mamá, mi hermano y yo, nosotros fuimos su pequeña ohana y lo seguimos recordando y honrando.
El 11 de diciembre hubo una misa bellísima en la Capilla de la Bordadita de la Universidad del Rosario, en el marco de lo antiguo, la navidad y lo moderno... y otras eucaristías en tu memoria en distintas iglesias de Bogotá, nunca te olvidaremos papá, te llevamos siempre con infinito amor y gratitud en la mente y el corazón, tu nos enseñaste a vivir, a amar y a luchar.
Mi amado Padre tu recuerdo nos acompaña siempre y hemos sentido y vivido la bendición, protección, misericordia y gracia del Padre Celestial.
Mi amado Carlín una muy feliz navidad en la Casa del Padre Celestial y gracias, gracias por cuidarme y protegerme, así lo siento y lo he vivido.
Tu hija que te ama y te recuerda con toda el alma y el corazón.
Patricia