lunes, 14 de noviembre de 2016

El buen samaritano o saber ayudar...


La Ley de Ayuda explicada por Diana Cadena Muñoz en Ángeles y Mándalas

1. Ayudar a quien nos PIDE AYUDA.

2. Querer AYUDAR desde el fondo de nuestro corazón.

3. Mostrarle el camino a la persona, pero no solucionar por ella su problema; hay que ofrecer herramientas para que construya su propia solución, de lo contrario terminaríamos cargando con sus dificultades.

4. Respetar la decisión de la persona de poner en práctica o no nuestro consejo

La ayuda del buen samaritano se traduce en:

·       Curar
 ·       Transportar
 ·       Albergar  

Delega el cuidado del otro, el samaritano no se queda con el moribundo toda la vida, no genera dependencias, codependencias, ni lazos insanos.

Existen ayudas insanas: te ayudo para que me ames, en lugar de te ayudo porque te amo y eres libre de seguir tu camino, tu misión y tu don. El buen samaritano ayuda, suelta y deja ir.

El samaritano comparte la tarea de prestar ayuda con otras personas, promueve la solidaridad. 

La acción solidaria alcanza su finalidad cuando logramos hacer realidad un “auténtico servicio”

El samaritano ve, se conmueve y actúa.

El prójimo es cualquier persona necesitada que encontremos en el camino de la vida.

El arte del acompañamiento: prudencia, comprensión, esperar, docilidad al Espíritu.

El arte de escuchar y comunicarnos con el otro: es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad, sin la cual no existe un verdadero encuentro espiritual.

El Papa Francisco nos enseña que la cultura del encuentro, la justicia y el respeto recíproco, es lo único que puede asegurar el bienestar espiritual y material de los ciudadanos.

¿Cuál es el prójimo preguntó Jesús? El que tuvo piedad.

El buen samaritano actúa con humanidad.

El buen samaritano ayuda a la persona que es molida a palos, que está herida y medio muerta.

El buen samaritano es próximo: mira, se conmueve y actúa con misericordia.

El buen samaritano no deja a medias su acto solidario, él sirve de manera auténtica.

La solidaridad además de ser individual también es colectiva y social.

La proximidad es importante, ser prójimo de cualquier persona en el camino de la vida.

El buen samaritano llega hasta el final, no basta con esforzarnos,
debemos garantizar que nuestra colaboración sea efectiva.

El buen samaritano no tiene aversión hacia sus hermanos.

El buen samaritano apoya siempre para bien, nunca para hacer el mal.

El buen samaritano ama con misericordia y ternura infinitas.