LA ARMADURA DE DIOS
10. Por lo demás, fortalézcanse en el Señor
con su
energía y su fuerza.
11. Lleven con ustedes todas las armas de Dios,
para que puedan resistir las maniobras del diablo.
12. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas,
sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras,
los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba.
13. Por eso pónganse la armadura de Dios,
para que en el día malo puedan resistir
y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.
14. Tomen la verdad como cinturón, la justicia como
coraza;
15. tengan buen calzado, estando listos para propagar
el Evangelio
de la paz.
16. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe,
y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio.
17. Por último, usen el casco de la salvación
y la espada
del Espíritu,
o sea, la Palabra de Dios.
18. Vivan orando y suplicando.
Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu.
Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca,
intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.
19. Rueguen también por mí, para que, al
hablar,
se me den palabras
y no me falte el coraje para dar a conocer
el misterio del Evangelio
el misterio del Evangelio
20. cuando tenga que presentar mi defensa,
pues yo soy embajador encadenado de este Evangelio.
21. Si quieren noticias de mí y de lo que hago,
se las dará Tíquico, nuestro hermano querido y ministro fiel en el Señor.
22. Lo mando precisamente para que les dé noticias nuestras
y los conforte a todos.
23. Que la paz, el amor y la fe vengan de Dios Padre y
de Cristo Jesús, el Señor, sobre los hermanos.
24. Y que la gracia esté con todos aquellos que aman
a Cristo Jesús, nuestro Señor,
con amor auténtico.
a Cristo Jesús, nuestro Señor,
con amor auténtico.
LA LENGUA
Santiago 3
Reina-Valera
1960 (RVR1960)
3 Hermanos
míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor
condenación.
2 Porque
todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón
perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, !!cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
LA
SABIDURÍA DE LO ALTO
13 ¿Quién
es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en
sabia mansedumbre.
14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;
15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.
16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.
17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.